sábado, 10 de abril de 2010

Metro 2033

Quien tenga el valor y perseverancia necesarios
para pasar la vida escruñinando las tinieblas
también será el primero que reconozca
el despuntar de la aurora.



La mayoría de reseñas las hago sobre libros que acabo de leer, teniendo aún frescas las últimas páginas en la memoria. Pero con este libro me he dado tiempo a digerir y reposar su historia antes de volcar mis impresiones en el blog.



Cuando encontré "Metro 2033"  yo estaba en uno de esos momentos de vagancia lectora. No me apetecía hacer el más mínimo esfuerzo por leer ningún libro. Pero al leer la sinopsis - que prometía aventura y miedo a partes iguales durante la narración - me entraron ganas de ariesgarme con él, como Bastian cuando fantasea con robarle a  la historia interminable a Koreander.

Comenzé a leerlo la misma noche de haberlo comprado, y reconozco que con los primeros parrafos me enganchó. Me vi inmerso en un ambiente opresivo de oscuridad y leyenda.

Tras una guerra nuclear, los supervivientes Moscovitas se han refugiado en el metro. Artyom, un joven que ha crecido prácticamente sin conocer el mundo exterior, será el encargado de viajar a la Polis para alarmar de un enemigo desconocido que amenaza con eliminar a la red de metro entera.

El argumento realmente es un Mcguffin que aprovecha un telón de fondo muy sugerente, una civilizacion postnuclear deslabazada a lo largo del metro, para detonar una novela "de viajes" con un aire muy juvenil. La historia aprovecha las vivencias e impresiones del protagonista para  presentarnos las respuestas que toma la sociedad tras la catástrofe.

La coherencia de "Metro 2033" quizás es su aspecto más significativo. La trama responde a una novela de folletín, con una estructura serial y capítulos autoconclusivos, muy distintos uno a otro. Esto, de cara a leerla, resulta muy cómodo, pues te permite ir leyendo la historia en ratos libres, y asimismo retomarla sin tener que recordar demasiado de los capitulos anteriores.

Este ritmo es en parte consecuencia de una peculiar decisión de su autor, Dmitri Glukhovsky. Ante la negativa de las editoriales para publicar la historia, Dmitri la colgó en su blog y fue aceptando sugerencias con las que enriquecerla. Estas aportaciones de la red modificaron el original, permitiéndole alcanzar una cierta "universalidad", de tal manera que bien podría ambientarse en cualquier pais europeo.

La novela ha sido juzgada muchas veces por la carencia de peso que le da su formato serial. Sin embargo pienso que lo más atractivo de "Metro 2033" resulta su estilo ligero de aventura; este, junto a su ambientación muy bien lograda, convierte al libro en una experiencia de evasión genial, sin demasiadas pretensiones. No creo que sea justo renegar de ella por no llegar al nivel de las obras de Stanislav Lem o Alan Moore.

El éxito de "Metro 2033" ha sido tal que ya existe un juego de ordenador basado en su cosmogonía. Al adaptar el ambiente a los requisitos de un juego se perderá parte del espíritu original pero, como bien defiende Wargo cuando habla de estas conversiones, su existencia ayudará a que mucha gente descubra este magnífico libro.

Como apunte final, comentaros que ya se ha publicado en español "Metro 2034", continuación de la original, aunque de lectura independiente. Mientras que "Metro 2033" refleja la autodestrucción de la sociedad tras la catástrofe, la secuela habla sobre el tesón y la voluntad de prevalecer. ¡Tengo ganas de hacerme con ella!.

¡Seguiré informando!

1 comentario:

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