jueves, 6 de octubre de 2005

Perdiéndole el miedo a la ciencia ficción I (El juego de Ender)

"Importa igual dar la vuelta al mundo
que salir a dar la vuelta al pueblo,
lo que cambia es el punto de vista, no el sentido."
"El viaje" de Baudoin



Imagino que si mi hermano se decidiese algún dia a escribir un blog se despejarían bastante mis dudas sobre porqué hizo cada cosa que hizo cuando él era un adolescente y yo un pedugo; pero mientras tanto me limitaré a aceptarlas como hechos consumados, dogmas de fe sin explicación que tan solo me puedo limitar a aceptar.

Y es que, pese a que siempre a sido una persona con una actividad tan febril e impulsiva que le costaba aplicar su atención en casi todo, también ha sido un gran amante de la ciencia. Y no me refiero a esos frikis clásicos, de camisa a cuadros y gafas, ni a los retraidos de origen humildey gustos reflexivos. Me refiero a uno de esos matemáticos impulsivos como el que murió en duelo la noche antes de resolver el Teorema de Fellmant (gracias a eso tardó unos cien años más en ser resuelto, creo) o los biólogos proevolucionistas revolucionarios. Como muestra os dire que ahora es divulgador científico, que se podría resumir como alguien que comunica a los demás el deseo de aprender ciencia.

Pero ya os estareis preguntando a dónde quiero llegar, pues bien. Es difícil evitar que a alguien con un mínimo de inquietudes científicas y un mínimo de inquietudes literarias le guste la ciencia ficción. Es algo que viene casi de serie, pero no nos confundamos, no a todo el mundo que le gusta la literatura le gusta la ciencia ficción, y lo mismo podemos decir con la gente a la que le gusta la ciencia. Hace falta un equilibrio de gustos, un equilibrio que mi hermano tenía de lejos y por ello, contando yo con apenas 12 años, nuestra habitación ya estaba llena de libros cuyo título ("Mundo anillo", "Tau cero"...) cuyo nombre me apabullaba.

Ya el año anterior había empezado a leer los pocos libros de terror que tenía a escondidas, pero una cosa es un relato de terror para un preadolescente y otra muy distinta un libro que incluso se autodenomina a si mismo "Ciencia Ficción Hard". Para mi ese "Hard" resultaba tan revulsivo como la calavera de la botella de lejía o el símbolo de guindilla en las salsas picantes. Podeis imaginar que tardé, a mi juicio demasiado, en reunir el valor para abrir alguno de aquellos tomos, eso era otra, eran auténticos tomos de dos centimetros de grueso, y zambullirme en su lectura.

No me acuerdo muy bien de la época en la que leí el primero, creo que tenía 14 años, estaba en primero de FP y tenía muuucho tiempo libre. Eso si, me acuerdo de cual fue, "El laberinto en la luna", de Budrys. Imagino que no es el mejor libro para un atraer a un chaval, y de hecho no lo voy a postear aquí, pero me gustó, y fue el caramelo por el que empecé a leer otros, mas llamativos, hasta llegar a uno hoy en dia bastante conocido por los que les gusta el género. Concretamente ése voy a comentaros hoy para que os sirva de "iniciación" en un campo que, ni es tan "Hard", ni es tan exclusivo como parece.


El Juego de Ender (Orson Scott Card)

El meollo de toda aventura, ya lo describe Arturo Perez Reverte, es que su protagonista sufra algún cambio desde el inicio de la misma hasta su final, si esto no ocurre, tan solo hemos visto un episodio más, aunque el personaje en cuestión haya cruzado medio universo, solo será un entretenimiento. Pero si de verdad se produce un cambio en el interior del personaje, aunque este no haya salido de una habitación o no se haya visto en apuros, será cuando realmente compartamos con el una gran aventura; aunque si hay que pasar entretanto peligrosos lances y salvar terribles intrigas tanto mejor...

¿Que mejor forma, pues, de ver los cambios en un personaje que su aprendizaje de lo-que-sea? Por eso nos gusta el ambiente académico de "Harry Potter", por eso vemos tan claro el cambio en "Oficial y Caballero" y nos por eso nos tragamos a los chicos de Operación Triunfo. Digamos que es este "anzuelo" literario la principal baza de "El juego de Ender". Podría resumirlo, a muy grosso modo como el aprendizaje de un niño de 6 años para convertirse en... comandante en jefe del ejército mundial.

Una guerra contra los extraterrestres estuvo a punto de eliminar a los humanos en el pasado, pero consiguió por contra que las naciones se unieran, compartiéndó un mismo ejército contra un enemigo común. Pero la victoria de los humanos tuvo lugar unicamente a la acción heroica de un general (del nombre ahora no me acuerdo) que estando la humanidad contra las cuerdas, contraatacó y derrotó en inferioridad al ejército invasor.

Ante la perenne sombra de una segunda invasión, los gobiernos buscan desesperadamente nuevos generales brillantes que puedan afrontar la batalla contra los alienígenas. Como quien espera un mesías, buscan un superdotado, un sucesor del general que en su dia salvara a los humanos.

Para esto los niños (generalizo en masculino :P) que prometen como futuros comandantes son entrenados desde los 6 años, alejándolos de sus familias y llevándolos a lejanas bases espaciales. En ellas se les entrena en táctica, estrategia, y liderazgo mediante batallas simuladas y bajo estrictos controles mentales. Uno de estos niños es Ender.

Ender es el tercer hijo de una familia de potnciales generales. Su hermano mayor era demasiado impulsivo y su hermana demasiado empática. Por esta razón el gobierno les levanta el control de natalidad que limita a las familias a dos hijos y les permiten tener al que en teoria, por genética, será el próximo general-mesias.

La novela esta narrada continuamente en tercera persona, pero durante la mayoría del tiempo el autor se centra en darnos el puto de vista subjetivo de Ender, como si fijase una cámara en su nuca, para que en todo momento vivamos los engaños y pruebas a los que se somete el personaje. Esto, y el leve punto de vista mesiánico que la gente le da a Ender colaboran para crear un héroe clásico, que intenta mantener el equilibrio entre lo que se espera de él (que se transforme en un cruel e inteligente general) y lo que él desea (que le dejen en paz, como cualquier otro niño).

Más avanzado el libro y estando más maduro el personaje, el autor comienza a incluir pequeñas subtramas que, lejos de distraer el lector, le dan más volumen a la historia. Mediante la trama paralela de los hermanos de Ender, en la tierra, Scott Card reflexiona sobre las posibilidades de internet en la sociedad de información; con las transmisiones de radio, que introducen cada capítulo, se nos "aleja" regularmente de Ender para poder comprender objetivamente la situación de los que tejen el aprendizaje de Ender... y por supuesto esta el juego de Ender, el juego que da nombre al libro y que abre interrogantes que quedan sin respuesta más allá del final del libro.

"El juego de Ender" es, en resumen, un gran libro que se deja leer con facilidad y lo suficientemente profundo coo para dejarnos con más de un a reflexión en la cabeza sin que nos demos cuenta (Tranquilos, esto último no duele). Mas tarde Scott Card realizó otras tres partes con el mismo protagonista ("Ender el Xenocida", "La voz de los muertos" e "Hijos de la mente") e inició una nueva saga basada en los secundarios del primer libro ("El Hegemón").

De todas formas "El juego de Ender" es la novela más autónoma de las anteriores y la más asequible de cara a cualquier tipo de público. Las demás ganan en cosmogonía y nadie les puede negar una creatividad asombrosa, pero es la sencillez de esta primera la que la convierte en, a mi juicio, la mejor de todas ellas. Un libro que todo buen lector debería tener en su biblioteca.

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