lunes, 8 de junio de 2009

Almunian (I y II)

Hace mucho, mucho tiempo, en un lugar muy, muy lejano...
Bueno, no fue hace mucho, y tampoco fue demasiado lejos, pero da el caso que fui a trabajar a un lugar en el que no había ni libros.

Al principio no lo pasé mal, pues me habia llevado un par o tres de novelas y me las leí en la primera semana de tirón, pero la segunda semana comenzo a ir muuuuy cuesta arriba. Asi que yo, joven en inexperto, decidí que si no podia conseguir libros para leer, al menos escribiria algo interesante. Y de esta manera me puse a organizar cuentos que le habia oido a mi hermano de crío, leyendas que me molaban y peliculas que me habían entretenido: y apareció Almunian.

No creo que sea material de calidad, pero es entretenido. A mi me gusta y creo que con eso basta. Os lo incluyo aquí en exclusiva:


La saga de Almunian; cantares I y II

Cantar I, de la infancia

La circunstancia de ser yo el escriba mas importante y apreciado de toda la corona almunienese (por no decir el único) me ha dado el horno e relatar, en las cuartillas siguientes, la saga mas importante de L'Almunia.

Siglos despues de los terribles tiempor de Poia, y una vez consolidados los reinos de Somnia, comienza la historia de mi señor. Su nombre: Almunian, descendientes de los reyes almunienses por cuyas venas corrían sangre de ogros. Su destino, relatado en estas las cronicas de su saga, fue convertirse en el mayor aventurero.

Almunian nació hijo del rey El'Másimo IV, el cual, por su política de apertura a los reinos de fuera de L'almunia, había dado cobijo a numerosos extranjeros e la cápital. La mayoría de estos eran Gilis, deseosos de evangelizar con sus extraños santos a las gentes de mi pueblo.

Fue puesto mi señoir a edad temprana, pues, en manos de una institutriz Gili, paraquele enseñase las artes que decían tan preciadas, de las letras y la religión, pero fue un absoluto fracaso. Almunian, dia tras dia, despreocupaba sus estudios que, vistos de otra manera, tampoco serían muy agradables dada la naturaleza de la institutriz. Esto causaba las iras de la institutriz, que le enviaba como castigo a sacar agua del pozo del molino
[1]

Acabando Almunian sus estudios, y siguiendo El'Másimo las indicaciones de los sabios reales, decidió el rey enviar a su hijo a las academias ponientales para que, al menos, si no podía aprender el arte de las letras, aprendería el de la guerra. Así, le padre de Almunian envió a este en un barco, cargado de esperanzas.

Allí mi señor fue educado en las academias ponientales del "Imperio del Oeste" sobre todo lo que in principe debía saber en temas de espadas, batallas, bofetadas y otras cosas propias de los guerreros.

Pero también fue instruido en físicas y en matemáticas, y hasta lograron enseñarle a leer. por todo esto podemos decir que, a su vuelta pasados cinco largos años, esa un hombre ilustrado y un excelente guerrero. Pero el conocimiento no da la sabiduría ni el sentido común, y caundo regresó a L'almunia mi señor aún era joven e inexperto, y no parecía que nada hubiese cambiado en él. Aún así el destino aún tenia mucho que decir.

Cantar II, La partida de L'almunia y la Espada Poiana

El mismo El'Másimo, ante la actitud ora pasiva, ora violenta y desmedida de Almunian, y tan poco propia de un principe, desesperó. Había esperado que Almunian, al igual que su abuelo El'Tomás, dejase en la niñez ese trato violento y tomase la via de copaginar el uso de su fuerza y de su cabeza
[2], pero vio que este no sería el caso.

Temeroso de morir y, tras él, no dejar buen sucesor al trono, impuso un antiguo mandato en La Almunia, hasta entonces olvidado: Nadie podría ser rey tras el en la Tierra de los Tomillares si no portaba la corona de L'almunia y la acompañaba de hazañas que le hiciesen merecedor de este título
[3].

Así penso El'Másimo que laguien capaz de encontrar la corona y relatar tales hazañas, sería un buen rey para La Almunia, aunque esto impidiese que su propio hijo fuera quien estuvisese al cargo. Almunian, si bien en aquellos tiempos no era muy ágil de mente, tampoco era un necio, y empezó a pensar que su padre no tenía mucha confianza en el. Tal vez esto fuera influenciado por la continua letanía de "Mi hijo es tonto" que El'Másimo no dejaba de repetir.

Por ello, y tras observar el amanecer en el monte del mismo nombre, se decidió poner en busca de la mítica corona marchando de L'Almunia. Por ello fue a ver a su padre ese mismo dia y cruzaron las palabras que quedaron registradas por los escribas hasta nuestros dias.

- Pápa, que me voy
- Vale
[4]

Asi, sin equipaje ni armas, partió mi señor hacia los reinos del este. No tardó mi señor en encontrar problemas, pues en las lomas de Cantalarrana, ya en territorio del rey Vino, fue perseguido por perros salvajes por lugares inhóspitos hasta que, accidentalmente, cayó en un pozooscuro.

Dolorido por la caida, intento atisbar mi señor donde se encontraba, distinguiendo en la oscuridad de su alrededor grandes armaduras oxidadas protegiendo una gran sala subterránea. Cuando su vista se adaptó mi señor andó por la sala, y por los oscuros pasillos que partían de ella, hasta encontrar una sala tenuemente iluminada por rayos de luz que se filtraban de giretas en el techo.

Allí, con los rayos incidiendo en ella, estaba postrada una gran figura en un trono. Su cuerpo estaba ajado, pues apenas quedaba nada del cadaver, y la gran armadura que lo cubría pudiera haber servido a un gigante. Estaba toda herrumbrosa y mohosa, toda a excepción de su espada, que descansaba reluciente sobre las rodillas de la momia.

Almunian, maravillado, acercó su mano al mango de la espada, moviendo quizas sin querer el cadaver y causando pues quela mano de este cayese bruscamente sobre mi señor. Este, alertado, reacciono antes de pensar y propinó una fuerte bofetada a la momia, que se descompuso en polvo en medio de una monumental polvareda acompañada del estruendo de la armadura al esparcirse por el suelo de la sala.

Así, la espada fue lo único que quedó sobre el sillar y Almunian pudo entonces coger la prodigiosa arma que aún hoy porta orgulloso, y que en tantos malos momentos le salvó: La Espada Poiana. Conseguida como un último regalo de L' almunia a su principe que le abandonaba por tanto tiempo.

[1] Para que los que nunca hayas podido visitar L'almunia, la joya de la Almunia, os dire que el molino es una gran rueda de madera de las que tiran caballos para extraer el agua de las profundidades de la tierra, la cual sale por la fuente de los tres caños, situada al lado.

Por eso entendereis que mi señor, obligadodesde la infancia a empujar la gigantesca noria, desarrollase esa fuerza que tanto maravilla en toda Somnia y soñia y todos los bardos cantan en las posadas.

Para que os hagais una idea: al terminar sus estudios a los quince años, Almunian podía mover el sólo la rueda cuando normalmente se usaban tres cabalos percherones.

[2]Remitiré en otra crónica las hazañas De'l'Tomas, como lasleyendas de que recolectaba las almendras de los árboles a cabezazos.

[3] La corona de L'almunia, entregada por Nada a los reyes Almunienses en las guerras de Poia para sellar su pacto de amistad eterna, se habia perdido en las tinieblas del tiempo. Ya hacía mucho tiempo que existía el requisito de encontrar la corona para poder reinar, pero nunca ningún rey ni consejo lo había tomado en serio por lo osado de la hazaña.

[4] Como se puede comprobar, los Almunienses son gente de pocas palabras. Seguramente si fuerais Almunienses podriais entender la increible profundidad de esta conversación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contribuye a que siga teniendo ganas de postear... ¡comenta!