jueves, 31 de diciembre de 2009

Felicidades

Dentro del vetusto salón, ignorante de la algarabía que reinaba abajo en la plaza, el hombre se revolvió repentinamente en el lecho. Se estaba apagado poco a poco, sin dolor y sin ahogo, pero podía ver la angustia en sus ojos. Acerqué algo mas mi silla y le cogí la mano.


El anciano, con sus ojos ya blancos de cataratas, levantó su cabeza para intentar mirarme.


- Gracias, de verdad. Gracias por estar aqui.
- No pasa nada, anciano.
- En serio... - el anciano se perdió en sus propios pensamientos -
- ¿Se encuentra bien?
- Si, si, tan solo estaba pensando... - lágrimas acudieron a sus ojos - todo lo que podría haber hecho, todas las cosas que quería conseguir...
- No es momento para pensar en eso, - me incliné sobre él y le enjugue las lagrimas con un pañuelo de tela de los que siempre llevo encima - ha hecho cosas maravillosas, algunas de ellas seran recordadas mucho tiempo, y otras las aprovecharan sus hijos, y los hijos de estos.
- Llevas razón, - el anciano se recostó - he hecho cosas increibles y he visto cosas maravillosas. Tan sólo lamento no poder conocer a mi descendiente - me miró, aunque hacía horas que sus ojos ya se habían sumido en la oscuridad su mirada estaba cargada de súplica- le diria tantas cosas.
- Yo estaré aqui para eso, ya lo sabe anciano.


El hombre sonrió en su lecho de muerte, un reloj de un salón lejano repicaba, recordándonos lo rápido que el tiempo pasaba.


- Cuéntale sobre el miedo y sobre el placer. Háblale de los hombres buenos y de los peligrosos. Insistele para persiga sus sueños, y ayudale cuando se caiga. Dile que le quiero, y que ahí fuera hay un mundo mágico para que el lo descubra.
- Descuida, anciano
- ¿Estas ahí?
- Sigo aqui
- Tengo miedo


Apreté fuerte su mano y acaricié su pelo ya lacio. - Sigo aqui, anciano, no estas sólo - dije, pero su vida se le escapaba por segundos. En un instante, la persona al lado de quien había pasado tantos buenos momentos, con quien tantas grandes obras había conseguido, no era mas que un cuerpo sin vida.


Lloré por él.


Apenas tenía tiempo, le cerré los ojos y le tapé con la manta. Fuera del caserón los ruidos de la gente se hacian notar cada vez más: los ignoré completamente. Tán solo tenía unos latidos de corazón, unos toques de reloj. Le cerré los ojos y le tapé con la manta. Recité la oración - mil veces aprendida - y me retire un par de pasos.


Con las campanadas el gentío se silenció, como si supieran del milagro que yo estaba presenciando. La luz brilló bajo las sábanas, y estas bulleron con la vida que cambiaba allí dentro. Cuando terminó de sonar la última, el pueblo entero estalló en júbilo y alegría. Fiesta, deseos y magia ocuparían ahora la madrugada hasta el amanecer, pero ahora yo estaba pendiente de como un niño, demasiado pequeño para lo que le iba a tocar, aparecía confundido bajo las sábanas donde hacía apenas unos segundos había estado su padre.


- Hola, pequeño
- Hola señor - el niño titubeó mientras miraba en derredor, al vacío salón - no se muy bien lo que tengo que hacer ahora.
- Descuida, tu padre me ha dicho unas cuantas cosas que te vendran muy bien.


Me levanté y le cogí de la mano. Mientas le contaba brevemente como era el mundo al que había ido a parar recorrimos lentamente los pasillos y descendimos la escalera de alabastro hacia el jardín. Me paré ante las grandes puertas de madera a la salida de la mansión.


- ¿Y ahora?
- ¿Ahora...?


Pensé en todas las cosas que debía advertirle, en todas las personas de las que le debía proteger, y pense en todo lo que podía pasar. A la mierda.


- Hay un mundo mágico ahí fuera, año nuevo. ¿Querrás descubrirlo conmigo?


Juntos, de la mano, salímos a la fiesta y el alborozo.

Ithaki

Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.

A Lestrigones, Cíclopes
y furioso Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en alto mantengas tu pensamiento,
mientras una extraña sensación
invada tu espíritu y tu cuerpo.

A Lestrigones, Cíclopes
y fiero Poseidón no encontrarás
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes a puertos nunca vistos.

Detente en los mercados fenicios
para comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para aprender de sus sabios.

Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar a ella es tu destino.
No apresures el viaje,mejor que dure muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.

A Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras, Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes qué significan las Itacas.

Konstantinos Kavafis

viernes, 25 de diciembre de 2009

La tarta


Como las anteriores

Tosta de queso rulo al módena sobre mermelada de cebolla


Ingredientes (6 personas):

  • 600 gr. de cebolla picada fina. (Valen las bolsas de cebolla picada del Mercadona)
  • 170 gr. de azúcar moreno
  • 250 ml. de vinagre de Módena
  • 70 gr de miel
  • Pan en rebanadas
  • Un rulo de queso de cabra
  • Un vasito de moscatel
  • Una pizca de sal
  • Sésamo o ajonjoli

Cómo lo perpetré (El día previo):

  • Prepare una mermelada de cebolla de la siguiente forma: en una cacerola baja, pero amplia, sofreí lentamente la cebolla - ¡Vigiladla e idla removiendo porque se puede quemar con facilidad!. - hasta que vi que comenzaba a quedar blanda. En ese momento añadí el moscatel y, tras este y removiendo constantemente, el azucar moreno.
  • Dejamos fundirse el azucar y mezclarse todo a fuego lento hasta que vemos que coge textura. Luego, sobre todo si al final usais la cebolla del mercadona, lo podemos triturar un poco con la varita (no os paseis, que la gracia es que queden tropezones). Una vez esto, la meteis en un frasco de cristal y la reservais para el dia siguiente.
  • Justo tras hacer la cebolla preparé tambien la reducción de módena, esta es aún mas sencilla que la anterior: me limité a poner el vinagre y la miel en un cazo a fuego medio, removiendo hasta que vi que la miel se disolvió por completo, y la dejamos reducir. Se suele recomendar que se pegue unos 20 minutos bullendo a fuego medio, pero viene bien ir controlando la consistencia porque en frio espesa mucho. Una vez la tengamos la ponemos en un biberón de cocina (o en un frasco de cristal) y la guardamos tambien para el día siguiente.

Cómo lo perpetré (El montaje):

  • Lo primero, un ratico antes, saque los ingredientes de la nevera. Si la reducción de módena os ha espesado mucho (como me pasó a mi) se puede poner al baño maría un rato antes de servirla.
  • Yo tosté el pan a 180º en el horno, para luego sacar las tostadas, poner mermelada de cebolla sobre ellas, un par de rodajas de queso de cabra sobre cada una, y volver a meter en el horno ya apagado (para que se calentase con el calor residual). Tambien hay gente que recomienda colocar la mermelada y el queso con la rodaja tierna y meterla un poquito al horno encendido hasta que veamos que el queso se funde: eta tengo que probarla.
  • En el plato, coloqué de base un poco de reducción de módena - para que la tostada no "bailase" - y luego la tostada bien centrada. Decoré con un generoso chorro de la reducción de módena y vertí semillas de sésamo/ajonjoli por encima. La reducción de módena decora y da sabor, así que no escatimeis pero tampoco os paseis.

Si lo habeis hecho como yo, no sólo tendreis un segundo plato muy fuerte, sino que además os habrá sobreado mermelada de cebolla y reducción de módena para un regimiento. Se conservan bien en la nevera, así que las podeis usar ambas para más tostadas (la mermelada pega tambien con patés salados, quesos, etc.) y la reducción de módena para ensaladas.

Salteado montañés de frutos del bosque.


Ingredientes (6 personas):
  • 650 g de hongos (Yo compré unos bien buenos de criadero que se precían mogollón a los Boletus Edulis, dejaros aconsejar por vuestro verdulero)
  • 200 g (Realmente fue un puñadete) de Lengua de vaca (Entendámonos: son setas que se llaman "Lengua de vaca")
  • 200 g (Realmente fue otro puñadete) de Trompetillas
  • 600 g de butifarra sin embutir (Me pusieron una vuelta embutida, en la misma carniceria cortaron la tripa y me la soltaron)
  • Ajo picado (las bolsitas de ajo congelado vienen de maravilla)
  • Moscatel (podeis usar cualquier vino o aguardiente con el que os mole cocinar)
  • Perejil y piñones para hacer bonito
Cómo lo perpetré:
  • Un ratico antes de cocinar limpie las lenguas de vaca. Se hace con un paño húmedo y un poco de delicadeza. Luego las partí a mano y las reservé en un plato. Los hongos me los dieron muy limpios, así que me limité a separar el tronco del sombrerete y comprobar que ninguno estuviese agusanado (¡Me salieron todos perfectos!). Los troncos los corté en dos a lo largo y luego a medias rodajas, los sombreretes me limité a partirlos a su vez con la mano (hace gracia que se reconzcoan al comerlos).
  • Calenté a fuego medio (el 5 de la vitro) unas 6 cucharadas de aceite de oliva en una cazuela baja y amplia. Cuando vi que estaba a punto añadí seis cucharaditas de ajo picado (con carambullo, me gusta ser generoso con el ajo) y, cuando este ya cogía color, los troncos en medias rodajas.
  • Cuando las medias rodajas perdieron la "rigidez" incorporé los sombreretes partidos y la lengua de vaca para dejarlo hacer todo bastante tiempo a fuego lento - hasta que los vi tiernos-; en la receta original decía que esperase a que sacasen el agua, pero lo cierto es que no sacaron nada nada de agua (no se si esto es bueno o malo). Más o menos estuvieron unos 10 minutos al 3 de la vitro (me comentaron que me pasé de lento, pero como normalmente la suelo cagar por subir la temperatura, preferí moderarme).
  • Mezclé entonces la longaniza sin embutir (como si fuera carne picada) y subí el fuego de nuevo al 6 sin parar de remover para repartir la carne. Cuando vi que esta había perdido el color de "cruda" rectifiqué de sal (realmente le eché tres pizcas generosas) y me prepare para flambear.
  • Había calentado el moscatel aparte (en el micro) para que flambeara mejor - teniendo en cuenta que cocinaba en vitro y no con fuego real -; reproduje lo mismo lo mismo que hacia en la escuela: aparté la cazuela, vertí casi todo el alcohol, guardando algo en una cucharita, prendí la cucharita con un mechero y la heche a la mezcla. NADA, ni flambeado ni leches -_-U ... opté por volver a poner la cazuela al calor y dejar que el alcohol se evaporase sólo.
  • Cuando ya vi que el alcohol había reducido añadí las trompetillas - al final, tal y como me recomedó mi verdulero para que no se me encureciesen - y dejé hacerse a fuego medio un ratillo: cosa de tres minutos o por ahí, hasta que las trompetillas se reblandecieron.
  • Para emplatarlas, muy sencillo y vistoso: dos cucharadas de salteado en cada plato hondo y perejil picado por encima. Para que hiciera un poco de contraste al morder añadí generosamente piñones por encima. Supongo que tambien se podrá poner pan tostado y demás, pero ya que el plato es de morro (y si lo dudais preguntad el precio de los hongos en la verdulería) opté por usar piñon que no cambiaría demasiado el sabor.
¡¡Espero que podais hacerla vosotros mismos en casa!!

Las setas


El ultimo golpe
añadiendo las trompetillas en el último momento
(para que no se sequen demasiado)
Me ha quedado de libro de cocina!!!!

Cocinero Ronin



D icen que no poseo honor
Y confabulan contra mi
Pero me sobran las razones
Y el buen hado guia mi mano

M e quemaran con fuego
Para humillarme y distraerme de mi tarea
Pero descubriran
Que estoy hecho para resistir.

Sorpresa!

Todo cocinero se guarda un as en la manga, este es el mío:
La 'Solución Final'

Setas y hongos

¡El cocinero Ronin ataca de nuevo!
Con esto y una buena butifarra
- de las de comer, no penseis mal -
ya tendre mi primer plato


En el orden de las agujas del reloj:
Boletus Edulis de criadero, Lengua de vaca y Trompetilla

jueves, 24 de diciembre de 2009

Felicidades

A todos los que tengo cerca, porque compartís mis momentos;
a todos los que tengo lejos, porque siempre estais en mi corazón.

A aquellos a los que aturullo de palabras, porque me importa lo que penseis;
a aquellos entre los que media el silencio, porque os sigo dedicando recuerdos.

A los que me cubrieron cuando tuve frío, porque nunca os lo agradecere lo suficiente;
a los que me azuzaron cuando me dormía en el camino, porque me hicisteis avanzar.

A la gente que me acogió, porque siempre tendrán mi puerta abierta;
a la gente que respeto mi espacio, porque teneis todo mi respeto.

A las sonrisas que me regalais, porque me alegran la vida;
a los que no podeis dar ninguna, porque sois los que mas las necesitais.

A las horas de provecho que me disteis, porque se el cariño con las que me las regalasteis;
a las horas perdidas que me dedicasteis, porque fueron las que realmente me hicieron persona.

Atodos aquellos que quiero, porque no puedo imaginar vivir en un mundo sin vosotros;
a todos los que ya no quiero,
porque en el fondo os sigo queriendo.



A todos

Y a cada uno


(por pequeños que seais



...o aunque todavía no sepais leer)




Feliz Hanukkah

viernes, 4 de diciembre de 2009

Manifiesto: En defensa de los derechos fundamentales en Internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…


1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Si quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Otoño


Los dias son mas cortos y anochece antes. Las tardes ya no son cálidas y sepia, sino frescas y azules.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Fuego en calle Alfonso


Como en una aventura de los chicos guais

domingo, 25 de octubre de 2009

El rincón de Goya


El cambio de hora nos da una hora más de domingo, a cambio de acercarnos un poco más la oscuridad. Pareciera un trato fáustico a un heroe de cuento que necesitase un poco más de tiempo para un bien mayor.
Al menos tenemos que esperar menos para ver estos ocasos!!!

Flores azules


Simplemente...

viernes, 4 de septiembre de 2009

Arco del triunfo


Me encanta lo majestuoso de este paseo... ¡Lástima que una foto de movil no le haga justicia!

Ya hemos llegado!!


Ahora el cigarrillo, pis y cerveza rituales.

Comenzando viaje


Oye... En Barna no pensaran que soy friki ¿no?

martes, 30 de junio de 2009

Almunian 2 (IV y V)

Cantar IV, de la visión

  • Os equivocais, - dijo entonces mi señor, que hasta este punto había estado callado mirando por la ventana - si que tenemos una solución, y es bastante sencilla.
Todos se volvieron extrañados hacia Almunian, que se debatía por solidificar la idea que acababa de asaltar su mente.

  • Puede que no sepa nada de magia, pero en el lejano poniente aprendí que esta siempre puede ganar al mas experimentado guerrero. Contra el encantamiento nada puedo hacer.
  • ¿Entonces? - Pregunto Glausus - ¿Donde esta la solucion?
  • En que si bien a los hechizos no les puedo hacer nada, sí al que los lanza. Y sin mago no hay magia ¿no?.
Todos estuvieron de acuerdo en que el razonamiento, si bien era simple, era tambien tan obvio que se les había pasado por alto. Pero ¿Como encontrar al mago que hechizaba a la princesa?

  • Para tener poder sobre alguien, necesitar "tenerle" ante ti, - dijo wilfrey - por eso algunos brujos usan muñecos con pelos del hechizado o prendas del mismo. Eso les hace "estar conectados".
  • ¿Y? - Preguntó Almunian
  • Quizas si sigo esa conexion al revés, desde la princesa, pueda encontrar donde se esconde el brujo. Es peligroso, pero lo puedo intentar.
Decidido Wilfrey a ayudar a encontrar al hechicero pidió ayuda a los guardas y a la suma sacerdotisa del templo a la sabiduría, Peath, que en tiempos fué su maestra. Con ellos preparó la sala para el complicado y peligroso ritual: colocando braseros, prendiendo exóticas maderas de lejanas tierras, formando runas secretas en el suelo con polvo de oro y hechándo de la habitación a los Gilis histéricos que aducían que todo aquello no eran más que brujerías para matar a la princesa.

Tras esto Wilfrey y Peath se concentraron en la princesa, intentando adivinar las hebras de magia que la manejaban cual marioneta y siguiéndolas a su origen; asi su espíritu sobrevoló el cielo en el que rompía el alba, cruzando pueblos, lomas y bosques. Pronto tuvieron la visión de levitar en un lugar extraño en el bosquecillo del sur, rodeádos de ciclópeas ruinas mohosas y con siniestras formas moviéndose ocultas entre las sombras. Entre todo esto, una pequeña brasa humeaba con un aliento negro y espeso. Tras este yacía un hombre de purpúrea piel, con lacio pelo negruzco y facciones aborgatadas, susurrando palabras extrañas en poiano, de las que Wilfrey tan sólo llego a entender:

"Desde las montañas de Sardia
una maldición se alza
un antiguo guerrero
de la roca nacido"

Tras esto, el brujo abrió sus ojos completamente negros y atisbo a su alrededor, distinguiéndo a los dos invisibles magos. Peath y Wilfrey se apresuraron a volver a sus cuerpos, esperando lo peor por parte del malvado sacerdote. Más lo unico que alcanzaron a sentir fue su macrabra risa arrastrada por el aire de la mañana.

Para cuando volvieron en si, los magos estaban pálidos y con altas fiebres, tal es el coste de la Alta Mágia. Tomáronles entonces los curanderos reales, que les aplicaron ungüentos y pociones mientras Wilfrey y Peath relataban lo que habían visto. Esto llenó de pavor al resto de aventureros, pues de sobra es conocido que el bosquecillo del sur nunca es hollado mas allá de sus lindes, pues su corazón alberga las malditas ruinas de Poia. Para cuando los magos fueron llevados a otra habitación, mas acorde con los cuidados que necesitaban, nuestros amigos, a excepción de Wilfrey, se organizaron para las importantes tareas que debían llevar a cabo.

Almunian y Glausus se dirigirían al bosquecillo para encontrar la senda perdida que les llevaría a la oscura ciudad. Mientras Bronk y Tulinor, el prometido de Ajai y heredero, marcharían de ciudad en ciudad, dando la voz de alarma y organizando a las gentes para la llegada del siniestro avatar y sus hordas de destrucción. Este tras la visión, ya había cobrado nombre: El coloso de Sardia.

Por su cuenta y a la vez, Tattûm volvaría escoltado al norte, con una carta personal al Buen Rey solicitando la ayuda que le fuera posible prestar.

Cantar V, del levantamiento y la entrada al bosque


Más en el palacio del rey Vino habían en esos dias dos paladines que, informados de la difícil empresa de mi señor, decidieron acompañarle para poder ayudarle en lo que fuera posible: Chocolion Tur y Tatto Deleste. Junto a ellos prepàraron la marcha y, guiados por los mapas que Tattûm había transcrito, emprendieron viaje al bosquecillo.

Por otro lado Tulinor y Bronk partieron, el uno a Delicias y Cantalarrana, donde numerosos hombres fueron avisado y armados, y el otro al Palacio del Santo Santísimo, donde se estaban celebrando esos dias grandes fastos porque uno de los Pichin's personales del Santo Santísimo le había hecho un dibujo. Allí tuvo Bronk bastantes problemas pues aunque el Santo Santísimo comprendía su situación, sus hombres no podían llevar armas si no eran soldados por su religión. Más como quisiera que además los festejos habían sido declarados "semana rosa" tampoco estos podían llevar otra cosa que no fuera porras de caramelo. Por ello Bronk tuvo que armar a los Xenos
[1] y los campesinos de los alrededores, colocándolos de guardia por todo el palacio, con el permiso del Santísimo.

Mientras tanto mi señor y sus acompañantes hacía ya dos dias que habían salido, y que bordeaban las lindes del bosque intentando encontrar la calzada perdida en la maraña de arboles que impedían una y otra vez el paso cada vez que se avanzaba hacia el interior. Al final, tras una jornada de intenso buscar, Tatto Deleste logró divisar un pequeño sendero que se adentraba en la oscuridad de la agreste floresta.

Siguiendo el precario camino, entre estrechos pasillos de arboles cuyas ramas enmarañaban y ocultaban el cielo, avanzaron durante horas hasta que calcularon que las noche se les debía haber hechado encima, pues tal era la forma en que estaba privados de luz. Acamparon entonces en la zona mas amplia que encontraron y encendieron una pequeña hogera para calentarse. fue entonces cuando, desde el corazón del bosque, un profundo e interminable gemido estremeció a nuestros héroes, junto a un viento venido de ninguna parte que apagó la débil flama, dejandoles a oscuras mientras el gemido se acercaba.

Llevados por el miedo que el lugar les producía, se avalanzaron sobre las armas para enfrentarse con lo que quiera que avanzaba hacia ellos, más apenas consiguió mi señor asir su espada cuando el grito les alcanzó, penetrando en sus oidos y abatiéndoles. Quedaron los cuatro tumbados en el suelo, mientras esa cosa a la que tan solo podían oír pululaba por encima de ellos, destrozándoles sus cabezas, y sus almas, con aquel aullido infernal.

Cuando ya pensaban que la muerte les estaba cercana, y notaron como la sangre les corria desde los oidos y la boca, el chillido comenzó a cambiar, apagándose su estridencia a la par que una fría, débil y desagradable luz mortecina se mostraba en el camino que nuestros amigos habían seguido parta penetrar en aquel lugar maldito. - "Como la luz de los muertos
[2]" - Pensó mi señor en medio de su dolor.

  • Aléjate, demoño - Dijo la profunda voz detrás de la iluminaria - Hoy ya no les harás mas daño.
Mi señor se recompuso y pudo levantarse, a duras penas sosteniendo la espada. entre el sudor y la sangre que le resbalaban por la cara apenas pudo distiguir una figura desgarbada, vestida con una roida túnica púrpura, y que parecía sostener aquella desapacible luz en la mano. Más el miedo volvio cuando, superado el mareo y limpios los ojos, pudo distinguir entre la capucha de la pútrida capa una cara descompuesta y quemada.

  • ¿Que eres espíritu?¿Un muerto vengativo, un demonio del exterior? - Amenazo Almunian.
  • Bajad el arma Almunian, príncipe de L'Almunia - Dijo el siniestro visitante - Mi nombre es Zom, y os vengo a ayudar.

[1]Los Xenos son No-gilis que viven con los Gilis en palacio, normalmente mercaderes o maestros artesanos de bienes que los Gilis necesitan, pero fabricarlos consideran pecado.

[2]Para los legos, "La luz de los muertos" es aquella que ilumina las antiguas tumbas de tierra en nuestros cementerios.

lunes, 29 de junio de 2009

Almunian 2 (III)

Cantar III, de lo que contó el Bibliotecario

  • Mi nombre es Tattûm, - dijo el joven - y llevo años estudiando, allá en el norte, libros sobre la antigua Poia.
Llegados a este punto Tattûm abrió un pequeño zurrón de piel que llevaba y saco unos cuantos pliegos de papel manuscritos.
  • Estas copias - dijo mientras las repartía sobre la mesa alrededor de la que estaban- son de manuscritos antiguos, conseguidos en Manuelville a aventureros que no conocían lo que habían rapiñado. Los pergaminos a los que me refiero, que entendereis no haya traido, debieron ser encontrados en lugares muy distintos a Poia, ya que a pesar de estar escritos por Gilis de Poia estos conformaban un texto herético.
Wilfrey y Glausus escuchaban atentamente a Tattûm en la mal iluminada habitación. Estaban en la contracámara de la alcoba de la princesa, normalmente destinada a la haya. Allí habían arrastrado la mesilla del tocador hasta mitad de la habitación y se habia improvisado una sala de guardia para velar a la princesa. Sobre esta debatían ahora las extrañas noticias que Tattûm aportaba.

Más Bronk y Almunian, que no entendían mucho de lo que se hablaba, ya se habín levantado. Mientras que Bronk dormitaba ahora en el camastro, antes cama con dosel del haya, Almunian paseó por la habitación. Se dirigió a una de las ventanas, que acababan en una pequeña baradilla sobre el exterior de palacio, y disfrutó de la brisa nocturna mientras oía, que no escuchaba, la vocecilla del bibliotecario, más emocionada cuan más hablaba.
  • Como os decía, estos textos no pertenecen a sacerdotes Poianos, sino a algún tipo de herejes que surgieron hacia el final del imperio. Ya sabreis que los Poianos adoraban a la Diosa Oscura, Ma-mmä. Más su adoración no residía en el amor a la diosa, sino en el miedo a su cólera. Al parecer estos sacerdotes - Tattûm señaló hacia los textos como quien acusa a una persona - debieron tomar una senda algo distinta, siguiento textos que no he podido encontrar y que, aseguran, vienen del oeste ¡¡desde los mismos Picos de Sardia [1]!!
Tattûm tomó un respiro y un corto sorbo de te antes de proseguir
  • Allí, segun cuentan, existió una legendaria civilización de gigantes que adoraron a los demonios del abismo. Estos susurraron a los oidos de sus seguidores secretos sobre venenos, sobre el poder de la magia en los muertos y sobre macabros ritos para que la piedra cobrase vida con los espíritus corruptos. Algunos Gilis de Poia llegaron a ahondar tanto en estos conocimientos que se pervirtieron a los demonios del abismo, considerándolos mucho mas poderosos que Mam-Mä y, por lo tanto, mas dignos de ser adorados. Ocultos al resto de sacerdotes, tejieron una rebelión contra la casa real para asesinarles y tomar el poder para sus nuevos amos. Más fueron descubiertos y pasados a cuchillo, a excepción del gran sacerdote corupto que los dirigía. El castigo a este fue ejemplar y horrible: lo emparedaron en sus aposentos junto a sus pertenencias, y le dejaron morir de hambre.
Cuando Tattûm terminó la historia, Glausus y wilfrey estaban embelesados. Más pronto preguntó Glausus:
  • Ya conocía esta leyenda: la del Conde de la Muerte le llamábamos cuando éramos niños. Pero, si bien la historia es horrible, no le veo relación con nuestro problema.
  • Ahi quería llegar - explicó emocionado Tattûm, mientras sacaba del zurrón un viejo pergamino envuelto en seda - Este es el único que he traido en persona, pues no soy mago y no podría entenderlo bien.
  • Alcanzádmelo - dijo Wilfrey asombrado.
Ante la trémula luz de la vela, Wilfrey fue leyendo los arcanos textos que allí estaba escritos, palideciendo por momentos mientras comprendía. Al rato, con la cara descompuesta, dejó el pergamino junto a los papeles en la mesa.
Gracias Tattûm - acertó a decir - por haberme traido esto. Ahora lo comprendo todo.
  • ¿Entonces era un hechizo? - preguto Glausus.
  • Peor - dijo Tattûm - era la confesión del gran sacerdote corrupto. En ella le describía al gran Gili de Poia que, para demostrar su poder, volvería a la vida cuando no quedaran sino ruinas de Poia, prosiguiendo con su tarea y trayendo el fin a Somnia.
  • Trayendo para eso - siguió wilfrey - al avatar de los demonios, que destruiría los ejércitos de los hombres que se le opusieran y prepararía el camino para los demonios exteriores.
Almunian, que había vuelto a escucharles, se giró extrañado y preguntó:
  • ¿Y que tiene que var la princesa Ajai en todo esto?
  • Mi buen amigo - dijo apesadumbrado Wilfrey - los demonios no pueden ver más que el dolor y el miedo. Haría falta que tuviesen un faro que los dirigiese, unos ojos a traves de los cuales ver este mundo. Para ello - señaló de nuevo el pergamino - una persona descendiente de los reyes antiguos [2] caería en trance, bajo maldición del hechicero, y esta sería el faro que guiaría al avatar, destruyendo toda resistencia a su paso y seguido de su legión de destucción.
  • ¿Y todo eso estaba escrito en el pergamino? - Pregunto asombrado Almunian
  • Pues si - dijo Tattûm - tal era la convicción que tenía el sacerdote corrupto en su poder que le relató su venganza al Gran Gili de Poia con todo detalle, confiándo en uqe el Gran Gili, pagado de si mismo, no le diese ningun crédito.
  • No hay solución pues amigos, nos enfrentamos contra un dios y ningun mortal puede vencer en tal combate.- Eso admitió Wilfey, pero se equivocaba, pues mi señor acababa de encontrar una esperanza.

[1] "Los Picos de Sardia" Son una leyenda Somniana que se refiere a los picos del fin del mundo. Un gigantesco acantilado tras el cual las aguas del mundo se precipitan al vacío donde gira el sol y las estrellas.

[2]No hay que extrañarse de los lazos dinasticos entre los reyes de los reinos del sur y los Poianos, ya que recordemos que, igual que los Poianos fueron antes Almunienses renegados, las familiar nobles de Astol y Sergia descienden a su vez de familias Poianos rebeldes a su propio reino.

lunes, 22 de junio de 2009

Almunian 2 (I y II)

Cantar I, del sueño de la princesa

Habían ya pasado algunos meses desde que mi señor le devolvió el poder al rey Vino cuando llegaron ha delicias unos heraldos reales buscándole. Estos solicitaban su pronta presencia en el palacio pues Wilfrey, ahora mago real, necesitaba su ayuda.

Almunian no se lo pensó dos veces, se calzó sus chirucas
[1] y partió con los mensajeros de nuevo a Sergia, al mismísimo palacio real. Por el camino, los mensajeros pudieron explicarle a Almunian que la princesa Ajai aquejaba un nuevo y extraño mal, pues a la vuelta de su viaje se había encontrado cada vez mas apagada hasta el punto de pasar largas temporadas languideciendo en la soledad de sus aposentos. De esta manera, marchó hacía unas semanas a su alcoba para poder descansar, y quedó dormida en un profundo e irrompible sueño que duraba hasta ese dia.

Mi señor, preocupado, se preguntaba qué podía hacer él, pues esto era trabajo de sabios y no de guerreros como él. Por lo que contaron los guardias Almunian supoque todos los sabios del palacio habían intentado ya todo tipo de remedios para poder interrumpir el letargo de Ajai: desde brebajes de alquimista hasta complicados rituales con besos, ranas y guisantes, mas todos sin resultado. Incluso los Gilis, en un intento de reconciliarse con la corona, habían enviado a su mejor bardo y bailarín de oraciones: Norberto Chupilapolla
[2].

Y así pudo comprobarlo nuestro héroe cuando llegaron al dia siguiente a Sergia: Los rostros de los cortesanos reflejaban preocupación y los sabios intentaban dilucidar una solución a pesar del incesante canto que el bardo Norberto entonaba
[3] en el balcón de los aposentos. Junto a ellos estaba Wilfrey, cuyo color verde se notaba incluso algo pálido. Durante el dia que llegó Almunian, tambien vinieron a palacio el resto de sus amigos: Glausus y Bronk, que habían sido igualmente llamados.

Esa noche, durante la opípara, pero triste cena, Wilfrey les explicó que les había hecho llamar para que le ayudasen a encontrar a los cuatros grandes sabios de las fronteras del reino, pues ningun mago, alquimista, sabio o consejero era capaz de curar a la princesa. Tampoco nadie del consejo, a excepción del jovit, había salido nunca de aventuras, por lo que Wilfrey fue designado de inmediato como portavoz ante los distantes heremitas. De esta manera, el grupo partió al dia siguiente, en veloces corceles, hacia las fronteras del reino.

Primero viajaron hasta pasadas las lomas de Munro, sorteando las escasas avanzadas de ogros de esas tierras, para hablar con el Mago del poder poderoso. Más encontraron su torre vacía y en ruinas y decidieron no quedarse mucho tiempo, pues se decía que el mago trataba con demonios y no deseaban quedarse a averiguar que eran los gritos inhumanos que dos noches antes el viento arrastraba. Luego visitaron al legendario Julian-Bombadil, sabio del salvaje y peligroso Bosque Negro. Este jamás había oído hablar del mal de Ajai, pese a que era ducho en maldiciones y rimas con las Antiguas Palabras, y de nuevo marcharon apesadumbrados. Siguieron al oeste y en Quebase compraron un velero, con el que llegaron hastalos tupidos bosques de Gekos de la abrupta isla del Druida Manuel. Allí el druida les recibió y les conto todo lo que conocía sobre hierbas, hongos y bebedizos, mas ninguno era el que necesitaban.

Por ultimo el grupo llegó hastala misma Suecia, atracando en la Bahia de Escania. Allí pudieron hablar con Holsowski, El Que Escucha Los Vientos, mas ninguno había arrastrado hasta el la respuesta que tanto anhelaban nuestros amigos. Para cuando volvieron a Puerto de Soñia se encontraban tristes y desanimados, pensando que nunca encontrarían la solución. A pesar de que esta les hiba a encontrar a ellos de una peculiar manera



Cantar II, de la turba y el bibliotecario

Llegaron nuestros amigos tristes a Sergia, dos semanas despues de su partida, más no pudieron pasar de la plaza principal del pueblo porque una turba la ocupaba. Las gentes, con horcas y antorchas en la mano, rodeaban el castillo real, sometiéndolo a una constante lluvia de piedras y fruta podrida. Almunian y sus compañeros, que eran poderosos pero poco podrían hacer contra una turba tan encolerizada, preguntaron a los ancianos del lugar qué había pasado en su ausencia.

Y resultó que los grandes bardos Gilis, atraidos por la presencia del más grande de los suyos, habían acudido en masa a la ciudad, propagando por ella el cántico de Norberto durante dia y noche sin dejar dormir a personas ni animales. Tal y tan profundo fue el descontento que, cuando aparecieron los musicos de tubas gilis, el pueblo se hecho iracundo a la calle, asediando el mismo palacio durante dias. Y ningun guardia pudo pararles, pues precisamente parte de estos habían sido algunos de los instigadores.

Con mucha paciencia y buen carisma fueron intentando despejar la plaza, haciendo mucho la promesa de Glausus de llevarse a los Gilis lejos de la ciudad. Asi, poco a poco, la muchedumbre se fue dispersando, llegándose a encontrar nuestros amigos mas de uno y mas de dos gilis pisoteados por la turba. Más Glausus se percató de que un joven, que había estado antes que ellos intentando calmar a las gentes sin conseguirlo, se alejaba con aire mas apesadumbrado que enojado, y asi se lo planteó al sacerdote Gili que curaba a sus hermanos heridos.

- ¿Ese? Es un sacrílego bibliotecario del Reino del Asqueroso rey Corck que llegó la noche siguiente a vuestra marcha. Sostenía la absurda idea de que lo quele pasaba a la princesa no era pago por sus pecados, como nosotros señalamos, sino algún tipo de hechizo oscuro o algo por el estilo. Yo mismo lo despache diciendo que el Rey Vino sabía arreglárselas con sus sabios Gilis y que más le valía ponerse a trabajar en algo quele diese para vivir.

Más el sacerdote no pudo seguir hablando, pues no le era posible con el puño de Bronk Malaost en la boca, como os podeis imaginar. Almunian entonces saltó escaleras abajo intentando encontrar al bibliotecario antes de que abandonara Sergia, cosa que consiguió a la altura de la plaza vieja. Allí le convenció para volver al palacio, presentarse y ayudarles con el serio problema.

De esta forma volvió al palacio mi señor con Tattûm, pues asi se presentó el joven. Una vez acomodados en la cámara donde dormía la princesa y expulsados los Gilis a su palacio, escoltados para su protección y segura llegada, Tattûm empezó a hablar.



[1] Esta expresión es muy habitual en la (poca) narrativa almuniense. Algunos entendidos alegan que se refiere a la preparacion parca del equipaje y la rápida marcha, aunque más de un sabio Almuniense admite que, sencillamente, se refiere a que quien sea se pone el calzado y se va. Sin más.

[2] Gran leyenda Gili que consiguió su máximo logro bailando la oración "Los Dioses te salven Paloma" frente al mismísimo santísimo.

[3] En el texto original no aparecen mas referencias al cántico que ésta. Más en la Nueva Biblioteca Gili aparecen extractos de la "Gloriosa oda a la princesa que se parece a una fresa" que el mismo Norberto compuso y de los cuales reproduzco la primera estrofa:

"La princesa esta triste/
¿Que le pasa a la princesa?/
Sus suspiros se escapan por su boca de fresa/
La princesa esta triste/
¿Que le pasa a la princesa?/
Su tez palidece como la de una fresa/
La princesa esta triste/
¿Que le pasa a la princesa?/
Sus párpados se cierran como hojas de fresa".

Continúa por el estilo durante 50 estrofas más. No es de extrañar que los unicos efectos que tuvo este canto en palacio fueron los dolores de cabeza de los que estaban a su alrededor y un futuro odio patológico a las fresas.

domingo, 21 de junio de 2009

Almunian (VII y IIX)

Cantar VII, del rapto

Entró pues el grupo disfrazado en la gran sala, donde muchos aguardaban hablando en corros hasta que pudieran hablar con el Gran Maestre de moda
[1]. Gracias a los disfraces lograron pasar desapercibidos, mas Urago, que no se fiaba de que el Maestre Pichurri pudiera ser engañado por los trajes, conminó al resto para que se escondieran donde pudiesen.

Y asi lo hicieron cuando Glausus encontró una pequeña sala, anexa a la anterior, con la entrada tapada por cortinajes. Esta sala, que se separaba de la principal por una elaborada celosía, era la destinada en los dias de fiesta al coro de Pichi'ns, por lo que en todo el rato que estuvieron ocultos en ella no les faltaron comodidades.

Fue a la hora cuando se oyeon entrar grandes trompetas, y un Cantante de oraciones anunció el paso de la princesa Ajai a la sala. Los demás gilis, entendiendo que Ajai vendría para una audiencia personal con Pichurri, fueron abandonando poco a poco la sala, hasta solo quedar en ella la guardia, el Maestre Pichurri y la princesa Ajai planteándole dudas sobre los colores de las cintas de su traje de novia.

Nunca me aclaró mi señor sus razones. Puede que quisiera conseguir el factor sorpresa, o bien puede que pensase que una solución a la desesperada fuese la mejor salida; o puede sencillamente que se hubiese cansado de oir lo que el consideraba tanta gilipolles y no quisiese oir más; poco importa, pues todo encaminaba a lo mismo: Atravesó mi señor la celosía de un salto seguido de sus compañeros, desmoronándose asi la filigrana de madera sobre los guardias, y se enzarzaron en brutal y rápida lucha.

Una vez se hubo calmado todo, y temiendo que pronto el resto de Gilis volvieran a la sala alertados por el ruido, buscaron a la princesa Ajai. Esta se encontraba inconsciente entre los guardias Gilis pues, vistiendo como iba, fue confundida y golpeada con el resto, con tan buena suerte que sólo habia quedado inconsciente.

Se echó entonces mi señor a la princesa a la espalda, cual saco de tomillo, cuando se oyeron tañir campañas y sonar trompetas, asi como el ruido de la guardia al acudir en tropel con sus tacones
[2]. Por ello salieron corriendo, perdiéndose en el laberinto de callejuelas del palacio-catedral, mientras todo el mundo se apartaba de su camino. Cuentan que, tan frenética fue su carrera, lograron recorrer en una hora casi medio dia de camino, hasta llegar a la Terraza sur.

Era esta una gran explanada de roca que se abría en el lado sur del palacio, decorada y rodeada de balaustradas, reinaba sobre la pequeña Bahia Santa, el embarcadero entre los acantilados donde varaban los barcos del santísimo para cargar sus mercancías. Una empinada escalera, excavada en la roca, serpenteaba desde la Terraza hasta el pequeño muella.

Bajaron pues, a marcha forzada, las empinadas escaleras, irrumpiendo violentamente en el puerto. Mientras que Bronk, que era un excelente marino, escogía un velero que parecía rápido, Glausus iba saboteando el resto de barcos cortando silgas y abriendo vias de agua. De esta manera, para cuando Bronk izó las velas del barco que escogieron, el resto ya estaban medio hundidos.

Y hundidos los encontró la guardia gili al llegar a la terraza, viendo alejarse a nuestros héroes en el barco. Tal fue la rabia de los gilis, que decidieron enviar para su caza a los seis mejores artefactos voladores, "Las Sandalias del Santo" las llamaban. Estas, que no dependían del aire para avanzar, pronto estuvieron a la altura del pequeño velero, y podrían haberlo abatido de no ser por la magia de Urago, que hizo estallar a tres de las "Sandalias".

Una mas se estrelló contra las rocas de los acantilados, pues Bronk navegaba arriesgadose y pegandose a las traicioneras paredes, la cuarta fue abatida con su piloto, por una flecha del maese Glausus, más la quinta logró sobevivir y acercarse lo suficiente como para que sus lanceros pudiesen abordar el barquichuelo de un salto.

Más mi señor no estaba dispuesto a permitirlo y, con lo primero que tuvo a mano, saltó en el barco golpeó la quilla de la "Sandalia", abriéndola en dos y haciendo caer a las frias aguas a los lanceros y el piloto. Lástima que tan ferreo garrote fuera la pobre princesa Ajai.

Cantar VIII, de la vuelta a Sergia y el glorioso final

Y asi navegaron hasta la noche, amparados en la cual llegaron a Delicias y desembarcaron. Ocultándose como ladrones pudieron recorrer en la noche siguiente el traicionerio camino a Sergia, ahora lleno de heraldos Gilis denunciando el infame secuestro y buscando a los culpables. y por fin llegaron al castillo del Rey Vino.

Muchos y bien merecidos honores fueron dados entonces por el rey y por el pueblo entero a nuestros heroes. La princesa, aún dormida, fue tratada entonces por los magos reales para curar los estragos de los Gilis en su pensamiento. Y el rey, ya sin coacción, mandó cerrar todas las capillas, retirar el poder de las manos Gilis y reabrir los templos y bibliotecas. Tras esto, Almunian, Glausus, Wilfrey y Bronk fueron gratamente recompensados, y cada uno tomaron distintos caminos durante un tiempo.


Wilfrey siguió estudiando magia en el templo a la sabiduría, en Sergia, mientras que Bronck gfundó una nueva herreria en Serga. Glausus, por su parte, entró a formar parte del gremio de los licoreros en Puerto de Soñia
[3], y mi señor, quedó en Delicias, recopilando informacion sobre la perdida coronoa de L'almunia.

Muchos que en su tiempo escucharon esta historia pensaron que aqui la historia encontraba su final, nada menos cierto, pues solo había sido la primera en las muchas aventras de mi señor, el cual, no mucho tiempo después de esto, fue llamado de nuevo por el Rey Vino.


[1] Aunque a nosotros nos pueda parecer ridículo, la "moda" gili es un aspecto muy importante de su vida. Con moda se quieren referir a una rígida y compleja serie de mandatos en el vestir. Algunos de estos son periódicos y se pueden calcular con facilidad, más otros dependen de la luna, de las estaciones o de lo variable del clima. Es por eso que el asesor de "moda" Gili es una figura respetada y valorada, pues es versado en esta complicada materia y asesora a los demás para su adecuado cumplimiento.

[2] Los guardias y militares también tenian que seguir la moda, siendo muchas veces obligados a llevar tacones alzados, no necesariamente del mismo tamaño en cada pie.

[3] En puerto de Soñia este gremio es uno de los más reconocidos, tal es el amor que sienten sus gentes por las bebidas de espíritu

miércoles, 10 de junio de 2009

Almunian (V y VI)

Cantar V, del rey Vino y su petición

Llegarón las hazañas de mi señor a oidos del mismo rey Vino, que mandó traer ante si a tan audaz y hábil grupo de ladrones. No le fue difícil a la guardia apresar a mi señor, pues ya se encontraba débil tras varios dias de fiesta en las tabernas de Delicias. Le apresaron a él y a lresto de compañeros, llevándolos al gran palacio del rey, en Sergia.

Y asi, una vez en la sala del trono, rodeados de guardias, el rey les habló de esta manera:

  • Señores, según la ley de estas tierras yo debería hacer que os cortasen las manos por ladrones, - Glausus hizo unamueca de desagrado al oir esto - más sois vosotros los unicos quehan entrado alguna vez e una torre del Santísimo y habeis salido para contarlo. Por ello precisamente quiero contar con vuestros servicios.

Se quedáron atónitos al oir esto, más Wilfrey rompió el silencio con la pregunta que estaba en boca de todos:

  • ¿Por qué?

El rey se recostó en el trono, con la mirada triste. Suspiró un momento y empezó a relatar:

  • Como podeis saber, tengo una hermosa hija. - dijo el rey, mientras señalaba con orgullo el retrato de la hermosa princesa Ajai, al otro lado de la sala - Más los gilis han conseguido, mediante encantos y engaños, que ella se someta a su voluntad, coaccionándome asi con volverla en mi contra. Hace sólo unos dias, al negarme a apoyarles para sojuzgar Manuelville, se le llevaron a su Catedral-Palacio. Allí esta medio huesped, pues va por su voluntad, medio presa, pues su voluntad ya no es suya.

Habló entonces el caballero a la siniestra del rey:

  • Se cuentan rumores de que esos miserables prentenden casarla con el canónigo Fernandez para asi pretender al trono ¡Rompiendo nuestro compromiso! - Pues quien hablaba no era otro que el caballero Matulín, favorito del rey y prometido de Ajai.
  • ¡Calma Matulín! - interrumpió el rey - ¿Aceptareis entonces mi proposición, aventureros? - pregunto al grupo de mi señor - ¿O por el contrario preferireis ser tratados como ladrones?

La respuesta, como era de esperar en hombres de honor como aquellos, fue afirmativa. Partirían entonces hacia el castillo-catedral y se llevarían a la princesa, aún fuese en contra de su voluntad.

Pusiéronse en marcha al dia siguiente, avanzando de noche y campo a través. Asi cruzaron las praderas santas, evitando las guarniciones de soldados que custodiaban los caminos y los prodigios voladores
[1], que no estaban hechos para vigilar de noche. De tal manera que, a la tercera noche, llegaron a la puerta de servicio de "El que bate las yemas para el cocinero que hace pastelillos de nata para los recogedores de juguetes de los Pichin's".

Esta puerta, si bien era de las menos importantes, bien medía sus cuatro varas de alto por dos de ancho, decorada con ángelotes de plomo y efigies del Santísimo. Tal era la magnificencia de aquel primer palacio que aún les quedarían dos dias de marcha cruzadas aquellas puertas, pero esta la harían bajo las interminables cúpulas de la Catedral-Palacio
[2].

Cantar VI, de las maravillas del Palacio-Catedral

Disfrazados con los mismos trajes con los que habían robado en Pito-Piturra recorrieron las interminables estancias y pudieron comprobar las muchas y barrocas maravillas de aquel lugar.

Los techos, que se alzaban a diez varas del suelo, muchas veces eran bóbedas de cañón hechas de cristales coloreados, apoyados estos en finas barras de acero. En algunas avenidas-Pasillo, las vigas centrales albergaban carriles por los que resbalaban arneses de cuero. De estos iban colgados Pichin's que recorrian asi la Catedral-Palacio, tirando polvo brillante desde lo alto, "brillantina" lo llamaban.

Por el dia, la luz entraba a raudales por las Vidrieras-Techo, iluminando las calles con sus colores. De cuando en cuando una clarabolla abierta dejaba pasar el aire, o encontraban un claustro interno, normalmente rodeando una fuente. En su camino, aún llegaron a encontrarse pequeños parques de arboles exoticos, que eran regados mediante cañerías que aprovechaban el agua de las lluvias acumulada en los interminables techos.

Más no penseis que estas calles eran simples pasillos gigantes entre paredes desnudas, pues en donde un castillo normal estarían las estancias en el palacio catedral se encontraban innumerables casas, cada una con su propio estilo y recargada de decoración a su manera.

Algunas eran simples lugares de reposo u oración, que contenían dormitorios comunes o pequeñas capillas según el caso, pero también habia muchas otras, tales como posadas, orfebrerías, talleres, caballerizas y otras que aqui no referire por falta de tiempo y conocimiento. Estas no tenían nada que envidiar a sus mejores hermanas de Sergia, Astol o Alegría. Incluso había pequeñas posadas de no-gilis, destiandas unicamente a albergar, y separar, a los "Xenos" o extranjeros o a algun gili que les acompañase. Allí descansaron nuestro héroes, a salvo de ser descubiertos.

Asi mismo, las calles estaban divididas en tres terrenos: dos con baldosines, de tres varas cada uno a cada lado de la avenida. Por estos pasaba la gente normal y, en algunas plazoletas, se extendía hasta las ocho varas para dejar camino a los numerosos puestos ambulantes de bisutería o comida.

El del centro, cubierto de hierba, estaba destinado a los xenos y a los caballos, siendo impuro pisarlo para los adoradores del santísimo si no contaban con la bula requerida. Wilfrey, que había estudiado las costumbres Gilis, les llevó por éste, pues conocía de la diligencia de estas gentes y sabía que eran tan creyentes y confiados que ningún gili se plantearía que estaban pisando terreno impuro sin bula.

De esta manera llegaron al fin al "Salón del trono de los Lunes de Germinal y los Martes de Vendimiario, bendecido por que allí estuvo un Pichi'n que habia chupado una pirula que el Santísimo había iluminado con su presencia por sonreir al pasar a su lado", donde se encontraba Pichurri Alamoda, dictaminando las normas de vestir del próximo año para los gilis.


[1] Distintos son los orígenes que se le dan a estos artefactos, las tesis de Pacowsky defienden que fueron inventados por una antigua civilización, y los gilis aducen que ellos fueron sus creadores. Sea cual fuere, las "Zapatillas voladoras" como se les llegó a llamar, han sido el invento mas prodigioso enmucho tiempo. Aunque de ello hablaré mas detenidamente en otros textos.

[2] Nos referimos, claro esta, al antiguo palacio del Santísimo; al actual, que aún se encuentra en construcción, le falta mucho para hacer sombra a aquela primera maravilla

martes, 9 de junio de 2009

Almunian (IV)

Cantar IV, del saqueo de Pito Piturra

A los dos dias de marcha de casa del mercader, Almunian y Glausus llegaron alas puertas de Delicias, una agradable ciudad compuesta de barrios dispersos rodeada de frutales.

Almunan quedo maravillado, pues hay que decir que L'almunia es bastante pequeña y esta rodeada de yermos tomillares mientras que Delicias es, como se suele decir, el granero de Sergia. Y eso aún teniendo en cuenta que, por las prohibiciones del Santísimo, los campesinos de delicias se habían visto despojados de muchas de sus tierras y se les había prohibido vender fruta a cualquiera que no fuese Gili.

Allí, en la posada de las afueras, conocieron a Wilfey Urago, un jovit que había llegado a Sergia para trabajar en el temmplo a la sabiduría, pero el Sto. Stmo. había obligado al rey vino a cerrar todos los templos y él se encontraba ahora sin un duro y en la calle.

Entre todos los viajeros que podrían haber conocido este era, sin duda, singular. Y ya no porque fuese Jovit, pues alguno se habia visto ya viajando por esos lares, sino porque además, era mago (cosa poco común entre los jovits) y, para colmo, y por dewsconocidas razónes, tenía la piel de un color verde brillate.

A Wilfrey le acompañaba desde Sergia un hombre con la cabeza totalmente pelada y cuyas duras facciones recordaban a las de un marinero sueco. Este hombre, que se hacía llamar Bronk Malaostr, también era un exilidado de la gran ciudad pues había sido tachado de impuro en su trabajo, había sido herrero, y por lo tanto sido desterrado por las leyes que el Sto. Stmo. le había impuesto al rey. Todo había ocurrido porque un Pichi'n [1] le había metido un carbón al rojo vivo de su fragua en el cogote y el juró cagándose en la Sta. Paloma, en el Stmo. Santo, en el Pichi'n y en toda su familia.

Tán sólo pudo recuperar algunas de sus pertenencias cuando dias despues, en el juicio ante el inquisidor local, declaró que al niño solo le había dicho - Para, que me pones nervioso - y el bofetón que le revenytó un timpano al niño había sido amistoso. Aún con esta defensa el inquisidor clausuró su herreria y sólo le dejó conservar sus ropas de trabajo y unas pocas monedas de oro, que ya se le iban acabando.

todos venían de lugares diversos, pero ninguno le tenía aprecio al Sto. Santo, por ello cuando pensaron qué hacer para ganar dinero con su habilidades dieron a bien pensar que nadie lamentaría que robasen en la parroquia local de Santa Pito Piturra. Planeó el grupo todo con sumo cuidado y, reuniendo el dinero que llevaban entre todos, pudieron comprar equipo de escalada y trajes de obispo para aventurarse en la parroquia.

A esta altura debeis de saber que la parroquia de Santa Pito Piturra, en Delicias, era una torre ligeramente cónica, defendida por dos grandes y pesadas puertas. Ninguna de estas fue la entrada escogida por el grupo de mi señor, que decidió escalar hasta lo alto de la torre y, de allí ir bajando.

Y asi entraron en el piso de las limosnas, el mas alto, pasando desapercibidos por los trajes de obispo. Mientras que sus compañeros se quedaron saqueando las arcas llenas de monedas, mi señor, azuzado por la curiosidad, decidió bajar a los sotanos de la torre, donde encontró una red laberíntica de pasillos llena de despojos.

Llegó asi Almunian hasta una sala redonda y circular, sin techo, pues este estaba abierto al piso de arriba, y se encontró con la que debía ser la mascota de los Gilis: Una gigantesca serpiente. Este montruo olío a mi señor y se avalanzó sobre él dispuesta a devorarlo, mas mi señor la esquvó y comenzó una batalla que le dejó exausto, en la que al fina logró arrancar la cabeza a la serpiente, pero a golpes a mano abierta, pues se olvidó de hechar mano a su espada.

La guardia, alertada por el follón de la pelea, abandonó su tarea de vigilar, permitiendo escapar sin problemas a Bronk, Wilfrey y Glausus, los cuales no sólo se llevaron mucho dinero, sino que también sustrajeron una gran reliquia del Stmo. Santo: Una estatua en oro macizo hecha a su medida y que le representaba, convertida en reliquia cuando la tocó el recogedor de Juguetes del Pichi'n favorito del Stmo. Santo.

Más volviendo con mi señor, al que la guardia habia rodeado en el foso de la serpiente, decidió salir de allí escabulléndose entre los pasadizos del sótano. Más la guardia conocia bien este laberitno y veinte gilis alabarderos le alcanzaron a punto de salir por las cloacas. Mi señor vio entonces que no había salida sin lucha y lio a ostias.

Asi, cuando en pie quedó solo mi señor, este escapó por la cloaca hasta el punto donde habia quedado con sus compañeros, que estaban preocupados por él y por lo que le podía haber sucedido. Se repartieron entonces el dinero y cada uno gastó su parte como quiso y pudo, dedicándose Bronk, Glausus y mi señor a darse festines en las tabernas y Wilfrey estudiando antiguos pergaminos en las pocas bibliotecas clandestinas que existian al margen del conocimiento del Santísimo.


[1] Los Pichi'n son bufones del Sto. Stmo. En muchas ocasiones son niños raptados de Suria (en su mayoría de Congo) y criados en el palacio-catedral. Pese a que otros soberanos de somnia y Suria se han opuesto a esta práctica, hoy en dia aún se siguen viendo Pichi'ns en el palacio.

lunes, 8 de junio de 2009

Almunian (III)

Cantar III, Glausus D'Elebarn

Una vez atravesadas las lomas de Cantalarrana, en el reino del rey vino, mi señor atravesó los páramos que hay hasta delicias, parándose tan sólo aocasionalmente a comer o dormir. así llegó, al cabo de unos dias, a un caserío de donde surgían gritos de socorro.

Siguiendo estos llegó a la parte de atrás del caserío, donde se encontraba encadenado a la pared de piedra por pesadas argollas un hombre enjuto, vestido con ropas de viaje. Un arco con su carcaj y una pequeña mochila quedaban en el suelo, a la vista, pero fuera del alcabza del desgraciado.

  • Piedad mi señor - dijo el encadenado - mi nombre es Glausus D'Elebarn, y pertenezco a la ciudad libre de Manuelville, ciudad de ciudades. La dureza de la vida me obligó a viajar al sur buscando trabajo. Pero los clérigos del santísimo, que mandan tanto o mas que el rey, se muestran recelosos de los extranjeros y no me dejaron entrar en ningun gremio. Por ello me tuve que dedicar al poco noble hacer de robar gallinas, que es por lo que el rico mercader gili al que esta hacienda pertenece,me atrapó. Me dejó aqui encadenado y, cuandovengan los lobos esta noche, seguramente me devoraran.

Mi señor, asonmbrado por la desgraciada historia, se quedo pensativo.

  • ¿Y le robasteis gallinas a ese Gili?
  • No llegué a ahcerlo, mi señor, - raspondió Glausus - pues los guardias me atraparon antes.
  • ¿Y realmente prentenden que te coman los lobos?
  • Si no son los lobos esta noche, mi señor, será el hambre y la sed mañana, pues ya hace un dia que no pruebo agua. Si tan solo os dignaseis a acercarme mi arco y mi carcaj y quizas a darme de beber de mi odre, aún podría resistir un poco mas y tener una muerte algo mas digna.
  • Ni hablar - respondió mi señor, provocando la tristeza en Glausus, pues ya se veía desfallecido y devorado.

Almunian entonces cogió con las manos la argolla y, tirando algo de ella, la partió en dos. Esto sorprendió a Glausus, pues nadie en el este habúia conocido una fuerza asi.

  • Lo poco digno, viajero, - le dijo mi señor a Glausus mientras le acercaba su arco y su carcaj. - sería dejaros morir. Y ahora voy a hablar con ese mercader.
  • Señor, os ruego no lo hagais, pues su guardia es poderosa y cuando intenteis huir... ya me dio alcanze una vez, pese a que soy un hombre de buen correr.
  • No os entiendo Glausus. ¿Para qué voy a huir?

Almunian se acercó a la rica hacienda y llamó a la puerta. Glausus, no atreviéndose a acercarse, se escondió en los matorrales mirando desde fuera lo que aontecía. Cuando un sirviente abrió a Almunian, mi señor solicitó ser llevado ante el propietario de la casa, el lacayo pues lo llevó al salón donde el comerciante se encontraba contando dinero rodeado de sus dos guardias.

  • ¿Vos sois el comercianteque atrapó a un ladrón de gallinas y le encadenó para que le comiesen los lobos?

El comerciante, que pensaba que sería algun campesino a solicitar prestamos, levantó la mirada de su dinero e hizo una señal con la mano a sus guardias.

  • Si, soy yo sucio vagabundo, - respondió el gili sin ningún respeto - ¿ocurre algo por ello?
  • No, solo queria confirmarlo. Le he liberado y espero que, por tu falta de humanidad, al menos te prestes a llenarnoslas alforjas de comida y darnos dinero para continuar al este.
  • ¡¡De ninguna manera asqueroso!! - dijo el mercader levantando un brazo.

Uno de los guardias, a la señal del mercader, se avalanzó sobre mi señor espada en mano. Mi señor se limitó a apartarse de su camino y, cuando la inercia llevó al guardia a pasar ante él, le dio tal bofetada que lo tiro al suelo inconsciente, despojándolo de su casco que salió disparado por la ventana, apocas hiriendo a Glausus que estaba viéndolo todo anonadado. El otro guardia dio un paso atrás, dejando ver claramente que no estaba dispuesto a acabar como su compañero.

  • Bueno, de acuerdo, - dijo mi señor, volviendo a su tranquila espera - ¿y si no os doy de ostias lo hareis?

Esa misma noche, mientras Glausus y Almunian cenaban en el campo la comida que el rico mercader les había dado, mi señor de le presentó a su nuevo compañero diciendole:

  • Yo soy Almunian, príncipe de La Almunia. Pero no podré ser rey hasta que no encuentre la perdida corona de L'Almunia. Tu pareces hábil e inteligente, te agradecería que, a cambio de la libertad que te he dado, me acompañases hata que aprendiese de ti como actuar.
  • Es lo menos que podría hacer por vos, principe Almunian.

Más lo que Glausus había hecho esa noche, en realidad, había sido sellar una amistad que duró, dura y durará hasta que mueran uno de los dos o sobrevenga el fin de los tiempos. Pase lo que pase y a pesar del destino.

Cuando los dos aventureros terminaron la cena y se pusieron a observar las estrellas del cielo hablaron de lo que deberían hacer para cuando llegasen a Delicias, pues era la ciudad al este mas cercana y tenñian que encontrar alguna forma de ganar dinero. Más pronto canjaron el tema y comenzaron a halar sobre lo que en cada uno creia.

  • Yo, - dijo Almunian - creo en "Nada", dios de mis padres, y de mis abuelos antes que ellos.
  • ¿Y que haceis para adorarle? - preguntó Glausus
  • ¡Nada! - respondió mi señor en tono jocoso, enorgulleciéndose de su dios
  • Pues yo adoro a la diosa de la luna y el céfiro [1], "Ojalá" - dijo Glausus - la cual es más poderosa que tu dios.
  • Y como puede ser eso - Se inquietó mi señor
  • ¿Acaso tu dios no habita bajo la luna y el viento del céfiro, como todos los demas?
  • Pues en verdad os digo Glausus que teneis razón, pero aun asi "Nada" es el dios de mi gente, él nos dió el Pholvoron para vencer a Poia hace siglos, y él cuando muera me llevará a sus salas y me preguntará si encontré la corona de L'Almunia. Y si llegó allí con las manos vacias se enfadará y me dira ¿Asi cuidais de los regalos de los dioses?. Entonces me expulsará del cielo al mundo de los muertos, a casa de Mam-Mä [2], donde será el eterno ostiamiento en la oscuridad.

Glausus, ante esta historia, quedo sorprendido y preocupado por la importante búsqueda de su amigo, y decidió no abandonarlo hasta que hubiesen encontrado la corona de La Almunia.


[1] El céfiro es un viento de Poniente (u oeste). En la mayor parte del año sól ose nota en las partes altas, menos en otoño, donde tambien sopla enlas llanuras.

[2] Mam-Mä es la diosa de la oscuridad Almuniense. El culto Poiano difiere del almuniense es que, en vez de demoniar a Mam-Mä y adorar a "Nada", reconocían la superioridad de Mam-Mä sobre todo y se limitaban a defenderse de sus designios.

Nota del Traductor: Muchos lectores me habeis preguntado el por qué del uso indiscriminado de L'Almunia y La Almunia en el texto. Normalmente L'Almunia hace referencia a la ciudad capital y La Almunia (o "Tierra de los tomillares") se usa para referirse al reino en si. Aún asi los escribas almunineses, de los que recibimos este texto, rompen a menudo esta norma en pos de la lírica de lo escrito, causando alguna confusión. Pedimos disculpas por ello a nuestro lectores, suplicando entiendan que el escrito se ha traducido literalmente buscando sea lo mas fidedigno posible al original.

Almunian (I y II)

Hace mucho, mucho tiempo, en un lugar muy, muy lejano...
Bueno, no fue hace mucho, y tampoco fue demasiado lejos, pero da el caso que fui a trabajar a un lugar en el que no había ni libros.

Al principio no lo pasé mal, pues me habia llevado un par o tres de novelas y me las leí en la primera semana de tirón, pero la segunda semana comenzo a ir muuuuy cuesta arriba. Asi que yo, joven en inexperto, decidí que si no podia conseguir libros para leer, al menos escribiria algo interesante. Y de esta manera me puse a organizar cuentos que le habia oido a mi hermano de crío, leyendas que me molaban y peliculas que me habían entretenido: y apareció Almunian.

No creo que sea material de calidad, pero es entretenido. A mi me gusta y creo que con eso basta. Os lo incluyo aquí en exclusiva:


La saga de Almunian; cantares I y II

Cantar I, de la infancia

La circunstancia de ser yo el escriba mas importante y apreciado de toda la corona almunienese (por no decir el único) me ha dado el horno e relatar, en las cuartillas siguientes, la saga mas importante de L'Almunia.

Siglos despues de los terribles tiempor de Poia, y una vez consolidados los reinos de Somnia, comienza la historia de mi señor. Su nombre: Almunian, descendientes de los reyes almunienses por cuyas venas corrían sangre de ogros. Su destino, relatado en estas las cronicas de su saga, fue convertirse en el mayor aventurero.

Almunian nació hijo del rey El'Másimo IV, el cual, por su política de apertura a los reinos de fuera de L'almunia, había dado cobijo a numerosos extranjeros e la cápital. La mayoría de estos eran Gilis, deseosos de evangelizar con sus extraños santos a las gentes de mi pueblo.

Fue puesto mi señoir a edad temprana, pues, en manos de una institutriz Gili, paraquele enseñase las artes que decían tan preciadas, de las letras y la religión, pero fue un absoluto fracaso. Almunian, dia tras dia, despreocupaba sus estudios que, vistos de otra manera, tampoco serían muy agradables dada la naturaleza de la institutriz. Esto causaba las iras de la institutriz, que le enviaba como castigo a sacar agua del pozo del molino
[1]

Acabando Almunian sus estudios, y siguiendo El'Másimo las indicaciones de los sabios reales, decidió el rey enviar a su hijo a las academias ponientales para que, al menos, si no podía aprender el arte de las letras, aprendería el de la guerra. Así, le padre de Almunian envió a este en un barco, cargado de esperanzas.

Allí mi señor fue educado en las academias ponientales del "Imperio del Oeste" sobre todo lo que in principe debía saber en temas de espadas, batallas, bofetadas y otras cosas propias de los guerreros.

Pero también fue instruido en físicas y en matemáticas, y hasta lograron enseñarle a leer. por todo esto podemos decir que, a su vuelta pasados cinco largos años, esa un hombre ilustrado y un excelente guerrero. Pero el conocimiento no da la sabiduría ni el sentido común, y caundo regresó a L'almunia mi señor aún era joven e inexperto, y no parecía que nada hubiese cambiado en él. Aún así el destino aún tenia mucho que decir.

Cantar II, La partida de L'almunia y la Espada Poiana

El mismo El'Másimo, ante la actitud ora pasiva, ora violenta y desmedida de Almunian, y tan poco propia de un principe, desesperó. Había esperado que Almunian, al igual que su abuelo El'Tomás, dejase en la niñez ese trato violento y tomase la via de copaginar el uso de su fuerza y de su cabeza
[2], pero vio que este no sería el caso.

Temeroso de morir y, tras él, no dejar buen sucesor al trono, impuso un antiguo mandato en La Almunia, hasta entonces olvidado: Nadie podría ser rey tras el en la Tierra de los Tomillares si no portaba la corona de L'almunia y la acompañaba de hazañas que le hiciesen merecedor de este título
[3].

Así penso El'Másimo que laguien capaz de encontrar la corona y relatar tales hazañas, sería un buen rey para La Almunia, aunque esto impidiese que su propio hijo fuera quien estuvisese al cargo. Almunian, si bien en aquellos tiempos no era muy ágil de mente, tampoco era un necio, y empezó a pensar que su padre no tenía mucha confianza en el. Tal vez esto fuera influenciado por la continua letanía de "Mi hijo es tonto" que El'Másimo no dejaba de repetir.

Por ello, y tras observar el amanecer en el monte del mismo nombre, se decidió poner en busca de la mítica corona marchando de L'Almunia. Por ello fue a ver a su padre ese mismo dia y cruzaron las palabras que quedaron registradas por los escribas hasta nuestros dias.

- Pápa, que me voy
- Vale
[4]

Asi, sin equipaje ni armas, partió mi señor hacia los reinos del este. No tardó mi señor en encontrar problemas, pues en las lomas de Cantalarrana, ya en territorio del rey Vino, fue perseguido por perros salvajes por lugares inhóspitos hasta que, accidentalmente, cayó en un pozooscuro.

Dolorido por la caida, intento atisbar mi señor donde se encontraba, distinguiendo en la oscuridad de su alrededor grandes armaduras oxidadas protegiendo una gran sala subterránea. Cuando su vista se adaptó mi señor andó por la sala, y por los oscuros pasillos que partían de ella, hasta encontrar una sala tenuemente iluminada por rayos de luz que se filtraban de giretas en el techo.

Allí, con los rayos incidiendo en ella, estaba postrada una gran figura en un trono. Su cuerpo estaba ajado, pues apenas quedaba nada del cadaver, y la gran armadura que lo cubría pudiera haber servido a un gigante. Estaba toda herrumbrosa y mohosa, toda a excepción de su espada, que descansaba reluciente sobre las rodillas de la momia.

Almunian, maravillado, acercó su mano al mango de la espada, moviendo quizas sin querer el cadaver y causando pues quela mano de este cayese bruscamente sobre mi señor. Este, alertado, reacciono antes de pensar y propinó una fuerte bofetada a la momia, que se descompuso en polvo en medio de una monumental polvareda acompañada del estruendo de la armadura al esparcirse por el suelo de la sala.

Así, la espada fue lo único que quedó sobre el sillar y Almunian pudo entonces coger la prodigiosa arma que aún hoy porta orgulloso, y que en tantos malos momentos le salvó: La Espada Poiana. Conseguida como un último regalo de L' almunia a su principe que le abandonaba por tanto tiempo.

[1] Para que los que nunca hayas podido visitar L'almunia, la joya de la Almunia, os dire que el molino es una gran rueda de madera de las que tiran caballos para extraer el agua de las profundidades de la tierra, la cual sale por la fuente de los tres caños, situada al lado.

Por eso entendereis que mi señor, obligadodesde la infancia a empujar la gigantesca noria, desarrollase esa fuerza que tanto maravilla en toda Somnia y soñia y todos los bardos cantan en las posadas.

Para que os hagais una idea: al terminar sus estudios a los quince años, Almunian podía mover el sólo la rueda cuando normalmente se usaban tres cabalos percherones.

[2]Remitiré en otra crónica las hazañas De'l'Tomas, como lasleyendas de que recolectaba las almendras de los árboles a cabezazos.

[3] La corona de L'almunia, entregada por Nada a los reyes Almunienses en las guerras de Poia para sellar su pacto de amistad eterna, se habia perdido en las tinieblas del tiempo. Ya hacía mucho tiempo que existía el requisito de encontrar la corona para poder reinar, pero nunca ningún rey ni consejo lo había tomado en serio por lo osado de la hazaña.

[4] Como se puede comprobar, los Almunienses son gente de pocas palabras. Seguramente si fuerais Almunienses podriais entender la increible profundidad de esta conversación.

domingo, 7 de junio de 2009

A pleasant dream

Por recomendación de mi portero, que de música sabe un rato, he estado visitando "A pleasant Dream", un blog dedicado por entero al Nordic Pop (Pop Indie escandinavo), que esconde más de una agradable sorpesa.

Con bastante material para escuchar (y, debido a su origen, la mayoría inedito) es una página por la que seguramente estare perdido los próximos días.

sábado, 6 de junio de 2009

Los justos

Hace ya muuucho tiempo que me encontre e ORSAI un minirelato, por llamarlo de alguna forma, que hablaba sobre el P2P y a compraticion con un cariño memorable. Creo que, con las elecciones europeas tan cerca y todo el debate sobre el paquete de comunicaciones, es buen momnto para recordarlo.


Los miércoles a las nueve de la noche, hora de Nueva York, la cadena norteamericana ABC emite una serie de televisión que me gusta. A esa misma hora un mexicano llamado Elías, dueño de un vivero en Veracruz, la está grabando directamente a su disco rígido, y tan pronto como acabe subirá el archivo a Internet, sin cobrar un centavo por la molestia. Tiene esta costumbre, dice, porque le gusta la serie y sabe que hay personas en otras partes del mundo que están esperando por verla. Lo hace con dedicación, del mismo modo que trasplanta las gardenias de su jardín para que se reproduzca la belleza.

A las once de la noche de ese mismo miércoles, Erica, una violinista canadiense de venticuatro años que ama la música clásica, baja a su disco rígido la copia de Elías y desgraba uno a uno los diálogos para que los fanáticos sordomudos de la serie puedan disfrutarla; distribuye esos subtítulos en un foro tan rápido como puede. No cobra por ello ni le interesa el argumento: lo hace porque su hermano Paul nació sordo y es fanático de la serie, o quizás porque sabe que hay otra mucha gente sorda, además de su hermano, que no puede oír música y debe contentarse con ver la televisión.

A las 3:35 de la madrugada del jueves, hora venezolana, Javier baja en Caracas la serie que grabó Elías y el archivo de texto que redactó y sincronizó Erica. Javier podría ver el capítulo en idioma original, porque conoce el inglés a la perfección, pero antes necesita traducirlo: siente un placer extraño al descubrir nuevas etimologías, pero más que nada le place compartir aquello que le interesa. Para no perder tiempo, Javier divide el texto anglosajón en ocho bloques de tamaños parecidos, y distribuye por mail siete de ellos, quedándose con el primero.

Inmediatamente le llega el segundo bloque a Carlos y Juan Cruz, dos empleados nocturnos de un Blockbuster boneaerense que suelen matar el tiempo jugando al ajedrez, pero que ocupan los miércoles a la madrugada en traducir una parte de la serie, porque ambos estudian inglés para dejar de ser empleados nocturnos, y también porque no se pierden jamás un capítulo.
El tercer bloque de texto lo está esperando Charo, una ceramista de Alicante que está subyugada por la trama y necesita ver la serie con urgencia, sin esperar a que la televisión española la emita, tarde y mal doblada, cincuenta años después. El cuarto bloque lo recibe María Luz, una tipógrafa rubia y alta que trabaja, también de noche, en un matutino de Cuba: María Luz deja por un momento de diseñar la portada del diario y se pone rápidamente a traducir lo que le toca. Dice que lo hace para practicar el idioma, ya que desea instalarse en Miami.

El quinto bloque viaja por mail hasta el ordenador de Raquel y José Luis, una pareja andaluza que vive de lo poco que le deja una librería en el centro de Sevilla. Llevan casados más de venticinco años, no han tenido hijos, y hasta hace poco traducían sonetos de Yeats con el único objeto de poder leerlos juntos, ella en un idioma, él en otro. Ahora, que se han conectado a Internet, descubrieron que además de buena poesía existe también la buena televisión.

El sexto bloque le llega a Ricardo, en Cuzco: Ricardo es un homosexual solitario —y muchas noches deprimido— que traduce frenéticamente mientras hace dormir a su gato Ezequiel. El séptimo lo recibe Patrick, un inglés con cara de bueno que viajó a Costa Rica para perfeccionar su español, lo desvalijó una pandilla casi al bajar del avión pero igual se enamoró del país y se quedó a vivir allí. Y el octavo bloque le llega, al mismo tiempo que a todos, a Ashley, una chica sudafricana de madre uruguaya que es fanática de la serie porque le recuerda (y no se equivoca) a su libro favorito: La Isla del Tesoro.

Los ocho, que jamás se han visto las caras ni tienen más puntos en común que ser fanáticos de una serie de la televisión o de un idioma que no es el materno, traducen al castellano el bloque de texto que le corresponde a cada uno. Tardan aproximadamente dos horas en hacer su parte del trabajo, y dos horas más en discutir la exactitud de determinados pasajes de la traducción; después Javier, el primero, coordina la unificación y el envío a La Red. Ninguno de los ocho cobra dinero para hacer este trabajo semanal: para algunos es una buena forma de practicar inglés, para otros es una manera natural de compartir un gusto.

A esa misma hora Fabio, un adolescente a destiempo que vive en Rosario, a costas de sus padres a pesar de sus 23 años, encuentra por fin en el e-mule la traducción al castellano del texto. Con un programa incrusta los subtítulos al video original, desesperado por mirar el capítulo de la serie. A veces su madre lo interrumpe en mitad de la noche:

—¿Todavía estás ahí metido en Internet, Fabio? ¿Cuándo vas a hacer algo por los demás, o te pensás que todo empieza y termina en vos?
—Tenés razón mamá, ahora mismo apago —dice él, pero antes de irse a dormir coloca el archivo subtitulado en su carpeta de compartidos para que cualquiera, desde cualquier máquina, desde cualquier lugar del mundo, pueda bajarlo. Fabio jamás olvida ese detalle.

Los jueves suelo levantarme a las once de la mañana, casi a la misma hora en que Fabio, a quien no conozco, se ha ido a dormir en Rosario. Mientras me preparo el mate y reviso el correo, busco en Internet si ya está la versión original con subtítulos en español de mi serie preferida, que emitió ocho horas antes la cadena ABC en Estados Unidos. Siempre (nunca ha fallado) encuentro una versión flamante y me paso todo el resto de la mañana bajándola lentamente a mi disco rígido, para poder ver el capítulo en la tele después de almorzar. Mientras espero, escribo un cuento o un artículo para Orsai: lo hago porque me resulta placentero escribir, y porque quizás haya gente, en alguna parte, esperando que lo haga.

El artículo de este jueves habla de Internet. Dice, palabras más, palabras menos, algo que hace venticinco años dijo Borges mucho mejor que yo, en un poema maravilloso que se llama Los Justos:

"Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo."